Desde su aparición activa en el sector eléctrico, los prosumidores, usuarios que no solo consumen energía sino que también la producen, han cambiado de manera disruptiva el modelo tradicional de operación de las empresas de energía. Conozca aquí los modelos net billing y net metering que están siendo empleados por los proveedores de servicios para la facturación de estos nuevos actores del mercado.
Un cliente se convierte en prosumidor cuando instala recursos de generación de energía, tales como paneles solares, a través de los cuales no solo produce dicho recurso, cubriendo parte de su consumo, sino que también inyecta a la red de distribución su capacidad extra de producción de energía, lo que le permite obtener descuentos en su factura de servicios. En este contexto, el cálculo del consumo neto se vuelve un aspecto crítico a la hora de facturar el servicio debido a que determina el valor por el cual se factura el servicio.
El cálculo del consumo neto consiste en determinar la diferencia entre la energía consumida por un prosumidor y la energía que este inyectó en la red de distribución. En este caso, el consumo neto es positivo siempre que la energía consumida sea mayor a la inyectada, y negativo, en caso contrario.
Consumo neto = Energía consumida – energía inyectada
Para compensar económicamente a los prosumidores por la energía inyectada, las empresas de servicios públicos cuentan con dos modelos de facturación: Net metering y Net billing. Ambos modelos facilitan el seguimiento de la energía que el prosumidor inyecta a la red; no obstante, se diferencian en la forma como se les reconoce económicamente a los usuarios la inyección de energía.
Net metering:
En este modelo, a los clientes se les realiza el cobro del consumo con base en su consumo neto al final de cada periodo a facturar, por lo cual la empresa de servicios públicos cobra un cargo por consumo si y sólo si el consumo neto es positivo.
Cuando la energía inyectada es mayor a la energía consumida, el consumo neto se deposita en un banco de créditos de energía el cual almacena un saldo de unidades de consumo a favor del cliente que será utilizado para compensar el consumo del cliente en el siguiente periodo.
Net Billing:
En este modelo, tanto el consumo como la inyección de energía se registran y facturan por separado. Como resultado, a los clientes se les cobra la tarifa completa por cada kWh consumido, pero también se les reconoce la misma tarifa por cada kWh que inyectan a la red.
En cada periodo de facturación, la empresa de servicios públicos calcula el valor del consumo neto y lo incluye en la factura, cobrando solo el cargo básico en cada periodo. Al final del año, el proveedor de servicios liquida los cargos del consumo de energía de cada periodo y procede a realizar el cobro total al prosumidor.
Los modelos de facturación de prosumidores dependen en gran parte de la regulación. Por tal motivo, muchos países están definiendo el marco legal en torno a la generación distribuida de energía. Por ejemplo, el senado chileno aprobó la modificación a la ley 20.571 para estimular el autoconsumo y definir la compensación que recibirán los prosumidores por la energía inyectada 1. Por su parte, el congreso de Argentina aprobó en el 2017 la Ley 27.424, que define el esquema de facturación net-metring o balance neto como el mecanismo para compensar y administrar la remuneración por la energía inyectada 2.
De los 116,9 millones de edificios residenciales en EE.UU., hay 67,2 millones de edificios (57% del total) aptos para energía solar fotovoltaica.
-Forbes3
Así pues, no cabe duda de que los prosumidores se han convertido en parte de la rutina de operación de las de las empresas de servicios públicos, las cuales están construyendo un nuevo mercado eléctrico con la ayuda de tecnologías innovadoras.
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