La implementación de la metodología ágil en las empresas genera ganancias de alrededor del 30% en eficiencia, satisfacción del cliente, compromiso de los empleados y rendimiento operativo.
Un caso de éxito de la implementación de este tipo de metodología es Open Intelligence, compañía de tecnología que ha transformado su cultura empresarial, generando un impacto real en sus colaboradores a través de nuevas prácticas a nivel de equipo.
Vivimos en un entorno cambiante y competitivo; atrás quedaron los largos proyectos para entregar un producto, que corrían con un alto riesgo de no adaptarse a la demanda final del cliente. Hoy en día, las empresas necesitan tener una propuesta de valor innovadora que les ayude desarrollar productos y servicios de calidad y a satisfacer las crecientes necesidades de sus clientes.
Para lograrlo, muchas de ellas están poniendo en práctica las metodologías agiles, un modelo de mejora continua que permite dividir cada proyecto en pequeñas partes que tienen que completarse y entregarse con plazos de entregas reducidos. En el caso particular de las compañías de tecnología, la idea es realizar entregas rápidas y continuas – llamadas ‘sprints’- del software funcionando. Esto permite solucionar errores y realizar cualquier tipo de modificación, sólo en la parte implicada, en poco tiempo.
Open Intelligence, multinacional de software especializada en servicios públicos y telecomunicaciones, decidió apostarle a este nuevo modelo y transformar el corazón de su negocio, la operación de su Centro de desarrollo de software. Al respecto, Juan David Corredor, Vicepresidente de Producto y Tecnología de la compañía, comenta:
“Aunque nuestro desarrollo era extremadamente sólido, nuestros procesos tenían un camino largo y pasaban por mil aprobaciones, lo que no brinda beneficios que el cliente pueda experimentar a corto plazo; además, no motiva a la gente, ya que sentían que estaban desarrollando un producto, pero no sabían cuál era su propósito dentro de la organización. Eso ha cambiado con Agile; hoy operamos con grupos pequeños que se apropian de un proyecto de principio a fin y se enfocan en objetivos pequeños, medibles y alcanzables, con los que la gente pueda comprobar muy rápido si una idea funciona o no. Es una apuesta que no sólo ahorra tiempo, sino que permite lograr que la gente entienda por qué se están haciendo las cosas y pueda tomar la decisión de hacer parte de un grupo que está entregando valor al cliente y a la compañía”
En el caso de Open, uno de los diferenciadores más positivos que ha tenido esta metodología fue la consolidación de equipos multidisciplinares que trabajan juntos para alcanzar los diferentes objetivos.
“La transformación organizacional que ha impulsado la implementación de esta metodología incrementó el grado de innovación de Open y aceleró la entrega de soluciones a nuestros clientes, sin dejar de lado nuestro sello de calidad y nuestra identidad” explicó Corredor.
Y es que las cifras avalan el éxito de estas metodologías. Según un estudio de la firma de consultoría McKinsey, las transformaciones ágiles en las compañías empiezan a partir del talento humano y generan ganancias de alrededor del 30% en eficiencia, satisfacción del cliente, compromiso de los empleados y rendimiento operativo 1 e incluso hace a la organización de cinco a diez veces más rápida1.
La implementación de estas metodologías, no obstante, no responde a una fórmula mágica que funcione para todas las empresas. Cada compañía debe analizar cuál es su identidad, su cultura organizacional y sus objetivos para definir cómo adaptar no solo las nuevas formas de trabajo, sino también la tecnología a sus procesos, involucrando siempre a sus colaboradores.
El factor humano es entonces esencial para la implementación de la metodología Agile; así lo cree Corredor, quien lo considera como el elemento diferencial para lograr resultados positivos en este proceso:
“Mi recomendación final para todas las empresas que deseen implementar metodologías agiles es que no subestimen la cultura de la organización porque todo cambio empieza con la gente. El primer paso es implementar un proceso de gestión de cambio, donde se involucre a las personas para que comiencen a sentir que fueron parte de la evolución, de la toma de decisiones, de los cambios, que todos empiecen a co-crear. No es algo que un dictador imponga, sino que es algo que todos decidimos y en donde cada persona tiene voz en el proceso”.
La evolución para convertirse en una organización ‘agile’100%, continúa permeando otras áreas de Open.
“La adopción de la filosofía ‘agile’, nos permitirá seguir innovando y alineando fuerzas entre equipos para trabajar juntos en torno al objetivo más importante: la satisfacción de nuestros clientes” concluye Corredor.